lunes, 16 de junio de 2008

Grados de Acne

El acné se clasifica en distintos grados relacionados con la gravedad de las lesiones, fundamental para el tratamiento:
  • Acné leve: las lesiones principales no son inflamatorias.

Las pápulas y las pústulas pueden aparecer, pero son pequeñas y poco numerosas, generalmente menos de 10.

  • Acné moderado: existe un mayor número de pápulas, pústulas y comedones entre 10 y 40.

El tronco también puede estar afectado.

  • Acné moderadamente grave: existen numerosas pápulas y pústulas entre 40 y 100, normalmente con lesiones nodulares infiltrantes y profundas. Las áreas de piel afectada se extienden además de la cara, al torso y espalda.
  • Acné grave: a este grupo pertenece el acné noduloquístico y el acné conglobata caracterizado por muchas lesiones nodulares grandes, dolorosas y lesiones pustulosas, junto con muchas pequeñas pápulas, pústulas y comedones.

martes, 12 de febrero de 2008

Tratamientos


Hay muchos productos en venta para el tratamiento del acné, muchos de ellos con efectos no probados científicamente. Genéricamente hablando, los tratamientos exitosos proporcionan pequeñas mejoras entre la primera y la segunda semana y, entonces, el acné disminuye aproximadamente por unos 3 meses; después de esto, la mejora comienza a allanarse. Los tratamientos que prometen resultados en 2 semanas, son probablemente decepcionantes. Una combinación de tratamientos, puede reducir enormemente la cantidad y gravedad del acné en muchos casos. Esos tratamientos, que son efectivos en su mayoría, tienden a tener un mayor potencial de efectos secundarios y necesitan un mayor grado de control y seguimiento médicos. Mucha gente consulta con especialistas para decidir qué tratamiento seguir, especialmente cuando se considera la posibilidad de combinar distintos tratamientos.

Exfoliación de la piel

La exfoliación de la piel puede hacerse o bien mecánicamente usando un paño abrasivo, con un líquido rasgador o químicamente. Los agentes exfoliantes químicos incluyen al ácido salicílico y al ácido glicólico, los cuales animan a que se produzca desprendimiento de la capa superior de la piel, previniendo una reconstrucción de células muertas que se combinan con el pus para bloquear los poros.

Tratamientos hormonales

En las mujeres, el acné puede ser mejorado con tratamiento hormonal. Las píldoras anticonceptivas que combinan un estrógeno con un progestágeno tienen algún efecto, pero el antagonista de la testosterona, ciproterona, en combinación con otro estrógeno conocido como Diane 35, es particularmente efectivo logrando reducir los niveles hormonales de andrógenos. Diane-35 no está disponible en Estados Unidos, pero ahora se encuentra disponible un nuevo contraceptivo oral que contiene la progestina drospirenona, con menos efectos secundarios que Diane-35, llamado Dianette. Ambos pueden usarse cuando las pruebas de sangre muestren altos niveles anormales de andrógenos, pero son efectivos incluso cuando este no es el caso. Si un grano es grande o no parece afectarle otro tratamiento, un dermatólogo puede administrar una inyección de cortisona directamente en ellos, esto usualmente reduce la irritación y la inflamación casi de inmediato. Esta acción alisa el grano haciendo que así sea más fácil cubrirlo con maquillaje e incluso hasta puede ayudar en el proceso de alivio. Los efectos secundarios son mínimos, pero pueden incluir un blanqueado temporal de la piel alrededor del punto donde se ha puesto la inyección. Este método también acarrea un menor riesgo de cicatrización que una intervención quirúrgica.


Síntomas

La forma más común de acné se conoce como acne vulgaris, refiriéndose al acné común. Éste se presenta como una serie de secreciones excesivas de glándulas sebáceas que, combinadas con células muertas de la piel, bloquean el folículo piloso. En ocasiones, también aparece un defecto en el proceso de queratinización de la piel, que conlleva al derrame anormal de los poros del forro cutáneo.

Bajo el poro taponado se producen secreciones de grasa que proveen un entorno perfecto para la bacteria epidérmica Propionibacterium acnes, que produce una infección en el poro que excretará pus, provocando que el acné se multiplique descontroladamente. En respuesta, la piel se inflama produciendo la lesión visible. La cara, el pecho, la espalda, los hombros y los brazos se ven especialmente afectados.

Además de las cicatrices visibles, el acné suele aparecer durante la adolescencia, justo cuando los adolescentes tienden a ser socialmente más inseguros. El acné puede llegar a ser muy molesto con dolores en los poros de la piel y también se convierte en un trauma por motivos de estética.

Causa

Se desconoce por qué algunas personas padecen acné y otras no, pero se sabe que es parcialmente hereditario.

Se conocen varios factores enlazados al acné:

En particular, los dióxidos de cloro, pueden causar acné duradero conocido como cloracné.

Tradicionalmente, la atención se ha centrado en la sobreproducción de seborrea hormonal como el principal factor contribuyente. Recientemente, se ha prestado más atención al estrechamiento del canal folicular como segundo factor contribuyente. El derramamiento anormal de las células del folículo, células vinculadas anormales entre el folículo y la retención de agua en la piel (tragándose a la piel y presionando el cierre de los folículos), han sido remarcados como mecanismos importantes. Se ha llegado a asociar a varias hormonas con la sobreproducción sebácea:

Adicionalmente, se ha demostrado que la piel propensa al acné es resistente a la insulina.

El desarrollo del acne vulgaris es común en la pubertad, aunque ésta sea la época de padecer rosácea, la cual puede tener aspecto similar. El verdadero acne vulgaris en adultos de mayor edad, puede ser característico de una condición subyacente como el embarazo y trastornos tales como el síndrome de ovarios poliquísticos o el raro síndrome de Cushing.